El mantenimiento centrado en la confiabilidad y en el análisis FMEA (o matriz AMFE) andan muchas veces de la mano, pero no son lo mismo. En este artículo, explicaremos qué es un FMEA, cómo se aplica en el mantenimiento y por qué tiene sentido dentro de un programa de RCM. Además, no te olvides de descargar nuestra guía completa de análisis de causa raíz y leer otros contenidos que te pueden ayudar a implementar el RCM en tu empresa.
¿Qué es el FMEA?
FMEA, del inglés Failure Modes and Effects Analysis, significa Análisis Modal de Fallos y Efectos (AMFE) en Español. Es una herramienta versátil de análisis de causa raíz que evalúa cómo pueden producirse fallos y los efectos que pueden tener sobre el sistema.
La matriz AMFE surgió por primera vez en los años 40 como una forma de mejorar los productos y maquinaria del sector militar. En la década de los 50, ya había entrado en la industria aeroespacial y en la NASA. Pero solo se llegó a aplicar en la producción a finales de los años 70.
Como método para evitar riesgos, es más eficaz en la fase de diseño (a veces designada como DFMEA). Cuando identifica fallos se pueden tomar medidas para eliminarlos, reducirlos o prevenirlos en el futuro.
Como parte de una estrategia de mantenimiento, la matriz AMFE se aplica solo a un equipo específico. Registrar los fallos de un activo es la base para un plan de mantenimiento predictivo o preventivo eficaz, pues permite saber qué fallos deben evitarse.
Por tanto, no es una estrategia de mantenimiento por sí misma. El FMEA, o AMFE, es «solo» una herramienta de análisis de causa raíz que puedes utilizar para mejorar tu estrategia de mantenimiento. En realidad, puede ser muy útil para implementar una solución centrada en la confiabilidad.
¿Qué es el mantenimiento centrado en la confiabilidad (RCM)?
Como el nombre sugiere, el mantenimiento centrado en la confiabilidad (RCM), en inglés reliability-centred maintenance, es una estrategia que da prioridad a la confiabilidad. Garantiza que los activos están permanentemente disponibles con la mejor relación coste-eficacia posible.
Tal como la matriz AMFE, un análisis de confiabilidad puede realizarse en las fases de proyecto para «proyectar la confiabilidad» y mejorarla. Sin embargo, al contrario que del AMFE, este análisis aborda tanto la función como el rendimiento esperado. A final de cuentas, una instalación confiable debe cumplir con las normas de calidad y evitar pérdidas de producción.
Así, la confiabilidad es algo más que la previsión de fallos. Se trata también de reducir la frecuencia de los fallos funcionales y contener las consecuencias de los mismos, de modo que no se comprometa todo el sistema.
En primer lugar, los gestores dan prioridad a los activos principales. Después evalúan los modos de fallos, y este es el momento en que entra en acción el método AMFE. A continuación, ajustan el plan según la evaluación, ya que cada tarea en el plan debe abordar un modo de fallo específico.
¿Necesitas una revisión? Te explicamos cómo implementar el Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad paso a paso.
El RCM recomienda el mantenimiento predictivo de última generación, seguido del mantenimiento preventivo y del mantenimiento correctivo. La estrategia de mantenimiento adecuada para cada caso es la más rentable, o sea, la que proporciona mayor confiabilidad con la menor inversión.
Más que «una herramienta» o «una tendencia», el RCM es una estrategia de mantenimiento completa. Lo que la distingue de otras estrategias o abordajes es el énfasis en la confiabilidad y no en el riesgo, por ejemplo.
En realidad, el RCM es una estrategia tan completa que también aborda lo que sucede tras un fallo. A final de cuentas, ¿qué gestor ignoraría el tiempo medio de reparación, uno de los KPIs de mantenimiento más relevantes?
Al abordar el tiempo potencial de parada, el RCM vuelve a tener en cuenta la criticidad, la frecuencia y el suceso de fallos. Por ejemplo, los gestores tienden a mantener las piezas más importantes a mano de los activos críticos. Pero esto no es necesario para los equipos de baja prioridad, especialmente si los plazos de entrega son razonables.
📝 Lee también: Qué es DFMEA — Análisis de Modos y Efectos de Fallos de Diseño
El RCM es un abordaje metódico
Otra característica que distingue el AMFE del RCM es la mejora continua. Incluso el mejor entrenador adapta su estrategia a lo largo del tiempo. Los gestores de mantenimiento no son diferentes, y aprenden con los errores o con los KPIs que se sitúan por debajo de lo ideal.
Además, el equipo no se mantiene inalterado a lo largo de los años. Un equipo que durante un tiempo fue extremadamente confiable puede volverse inestable con el tiempo. Los activos requieren normalmente más mantenimiento de rutina cuando son antiguos que cuando estaban en el auge de su vida útil.
Por tanto, el RCM es un abordaje metódico que requiere de un control riguroso. Por otro lado, el AMFE no sufre alteraciones. No se ocupa de personas ni de la logística –se centra en máquinas predecibles. Un modo de fallo mecánico nunca se altera. ¡Por eso funciona desde el primer momento! ¡Desde la primera fase del proyecto!
Claro, tal vez encontremos modos de fallos inesperados que no habíamos considerado antes. Pero si se necesitan hacer una matriz AMFE todos los años, algo se está haciendo mal. El mantenimiento centrado en la confiabilidad es un proyecto continuo. Siempre.
AMFE y RCM: ¿cuál es su relación?
El análisis AMFE complementa el RCM. Con un análisis exhaustivo de los modos de fallos y de los efectos, los gestores pueden comprender mejor los activos e implementar estrategias de mantenimiento que aborden modos de fallos específicos (si una tarea de mantenimiento no aborda un modo de fallo específico, es probable que se estén desperdiciando tiempo y recursos).
Pero una matriz AMFE no es una evaluación de riesgo, una estrategia de mantenimiento ni una condición para el RCM. Es con seguridad una de las mejores opciones, pero puedes escoger otras herramientas de análisis de causa raíz para descubrir los modos de fallos y cómo evitarlos. Asimismo, la realización de un AMFE no consiste solo en poner en práctica el RCM.
Si todavía no tienes una idea exacta de cómo funciona un Análisis Modal de Fallos y Efectos (FMEA o AMFE) o de cómo ejecutarlo bajo un programa de RCM, tenemos la solución para ti.
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