Normalmente se cree que el mantenimiento centrado en la confiabilidad es un mantenimiento basado en el riesgo. Al final, asociamos los riesgos elevados con una menor confiabilidad. Siguiendo esta misma idea, también es muy fácil confundir el mantenimiento basado en el riesgo, que reduce el riesgo, con un abordaje centrado en la confiabilidad. ¿Demasiado confuso? ¡No te preocupes! Te explicamos todo en un único artículo.

 

¿Qué es el mantenimiento centrado en la confiabilidad?

El mantenimiento centrado en la confiabilidad (RCM) es un método para identificar problemas que comprometen la funcionalidad. En primer lugar, analiza las averías para evaluar la confiabilidad de un activo. Después, estudia sistemáticamente cómo una avería compromete la funcionalidad, por qué sucede, cuáles son sus consecuencias y cómo prevenirla. Los «criterios de evaluación» son generalmente conocidos como las 7 Preguntas del RCM.

 

Después de este análisis cuidadoso, se elabora un plan para abordar las cuestiones más críticas y alcanzar la capacidad máxima de producción. Sin embargo, no debe confundirse con un «plan de mantenimiento preventivo». El RCM es más incisivo, ya que analiza individualmente cada activo y los modos de fallo para programar las tareas de mantenimiento.

 

El resultado es una mayor confiabilidad y un aumento de la productividad. Evidentemente, las empresas también evitan mantenimientos innecesarios, averías y reparaciones caras, lo que reduce los costes globales de mantenimiento. Como puedes imaginar, se aplica a varias industrias, incluyendo la alimentaria, las petrolíferas y de gas, las de producción y hasta los parques de atracciones.

 

 

¿Qué es el mantenimiento basado en el riesgo? 

El mantenimiento basado en el riesgo (RbM), como su nombre indica, prioriza los activos teniendo en cuenta el riesgo que representan. Empieza con una evaluación del riesgo, basada en la probabilidad de avería y en sus consecuencias. Los factores se cruzan en una matriz de criticidad para determinar qué activos presentan mayor riesgo.

 

 

Esta evaluación del riesgo es lo que dirige el plan de mantenimiento. Asigna recursos humanos, dinero y materiales a los activos que representan el mayor riesgo. Los activos de menos riesgo tienen planes más flexibles que se alteran según el presupuesto y tiempo disponibles. En general, disminuye el riesgo de la forma más rentable.

 

 

Esta estrategia protege a los empleados y a todos los que utilizan las instalaciones, prolonga la vida útil de los activos críticos y elimina las tareas de bajo valor. Tal como el RCM, se utiliza en industrias con un gran número de activos. Sin embargo, como establece prioridades claras, puede ser adoptado por gestores del plan de mantenimiento con recursos limitados.

 

 

Mantenimiento centrado en la confiabilidad vs mantenimiento basado en el riesgo

Ahora ya ha quedado claro que el RCM y el RbM, aunque un poco parecidos, no son lo mismo. Vamos a analizar las diferencias entre el mantenimiento centrado en la confiabilidad y el mantenimiento basado en el riesgo con más detalle:

 

Prioridades, prioridades

El mantenimiento basado en el riesgo da prioridad al riesgo. El mantenimiento centrado en la confiabilidad, por su parte, da prioridad a la funcionalidad. Aunque «riesgo» y «productividad» puedan parecerse, no son lo mismo. La reducción de riesgo aumenta la confiabilidad, pero no sucede lo mismo al contrario. Conseguimos aumentar la productividad de un activo sin eliminar los potenciales peligros.

 

 

Piensa en un aparato de aire acondicionado, por ejemplo. Puede ser rediseñado para hacerlo más confiable, pero eso no reduce necesariamente el riesgo. La sustitución de un compresor de aire puede mejorar el rendimiento de algunos activos, pero el riesgo (una fuga, por ejemplo) sigue siendo el mismo. Por tanto, comenzamos a ver que el RbM y el RCM no siempre dan prioridad al mismo equipo.

 

 

Punto de partida

Tener prioridades diferentes significa que el punto de partida de cada uno de ellos es diferente. El RbM evalúa todos los activos y después decide cuáles tienen más prioridad Poco a poco, llegamos a los activos menos críticos. En cierto sentido, es como una campaña de vacunación. Hay una cantidad limitada de vacunas; hay grupos con mayor riesgo. La vacunación empieza con estos grupos. Más tarde, si hay vacunas disponibles, los otros grupos también serán vacunados.

 

El RCM empieza con un inventario más pequeño. Concéntrate en activos cuya función es absolutamente vital –cuando fallan, la producción falla. Este es el motivo de que sea tan popular en las fábricas. Si continuamos con nuestra alegoría de la campaña de vacunación, no miramos directamente a los grupos de riesgo. Si no que nos preguntamos «¿a quién debemos proteger imperativamente?» y probablemente, las primeras vacunas serán distribuidas para personas en altos cargos, tales como el presidente o el monarca.

 

Obviamente, hay un grupo que tanto el RbM como el RCM protegerán: los profesionales sanitarios. En la primera hipótesis, se considera que están en mayor riesgo debido a su trabajo. En la segunda, se ven como activos esenciales. Además, debe destacarse que una medida preventiva (la vacuna) no es incompatible con las técnicas de monitoreo de la condición (pruebas, protección de «activos» estratégicos, etc.). Los gestores deciden lo que funciona mejor en cada caso.

 

 

Pensamiento estratégico vs abordaje metódica

El mantenimiento basado en el riesgo es una elección estratégica. Los gestores tienen recursos limitados para el mantenimiento y las reparaciones, por lo que eligen eliminar los mayores riesgos. Por otro lado,  el mantenimiento centrado en la confiabilidad no se plantea de «este…o». Los facility managers y los gestores de mantenimiento no adoptan necesariamente el RCM porque tengan falta de recursos, sino porque necesitan aumentar la productividad de sus instalaciones.

 

 

El RCM es metódico. Se pregunta constantemente «¿cuál es el mejor método de mantenimiento para preservar la función de cada activo?». ¿Debemos monitorear su estado, inspeccionarlo periódicamente o esperar hasta que se averíe? ¿Qué es más eficaz? Para encontrar una respuesta, son necesarias 7 preguntas, siempre en el mismo orden. Es un abordaje metódico.

 

 

Aquí es donde empiezan las semejanzas. Para decidir cuáles son los métodos ideales para preservar la funcionalidad, los especialistas en confiabilidad analizan los fallos del equipo, la matriz de criticidad y qué piezas necesitan. Y, como ya vimos, la matriz de criticidad también es muy importante en el proceso de toma de decisiones del RbM.

 

 

Entonces, ¿cuál es el mejor?

Ninguno es mejor que el otro. Las decisiones basadas en el riesgo son estratégicas. Las decisiones centradas en la confiabilidad son tácticas, pensadas para aumentar la confiabilidad de los activos y alcanzar los objetivos en la empresa. La elección de uno u otro dependen de los recursos disponibles, de los activos y de los objetivos de la empresa.