La eficiencia de un activo depende de su fiabilidad. Pero, ¿qué es, al final, la fiabilidad de los activos? 

¿Qué es un activo?

Un activo es un bien que posee una empresa y que puede convertirse en un beneficio o una ganancia. Así que hay cientos de cosas que pueden ser un “activo”. Entre otros, hay activos financieros (como depósitos o acciones), activos intangibles (por ejemplo, patentes, derechos de autor o incluso notoriedad en el mercado) y activos físicos (bienes inmuebles y equipos). 

A efectos de este artículo, nos centraremos únicamente en los activos físicos. La gestión de activos suele abarcar todo el ciclo de vida de los activos, desde que se encargan hasta que se sustituyen y se desmantelan. El objetivo es optimizar el uso de los activos y maximizar los beneficios que se pueden extraer de cada uno de ellos.

Durante su vida útil, optimizar el uso de cada equipo implica una buena gestión del mantenimiento. En cambio, cuando se trata de inmuebles, las acciones se dividen entre el hard facility management, que abarca los servicios técnicos, y el soft facility management, que se centra en la comodidad de los ocupantes. Puedes leer más sobre las diferencias entre gestión de activos, mantenimiento e infraestructuras aquí.

¿Qué es la fiabilidad de un activo?

Pero obtener beneficios de los activos implica que estos sean fiables. La fiabilidad (o confiabilidad) es la capacidad de un activo para cumplir las expectativas sobre su funcionalidad. Por lo tanto, un activo fiable funciona de forma esperada y consistente. Además, respeta todos los requisitos legales, ofrece el rendimiento necesario para el negocio y satisface las expectativas de las partes interesadas.

No existe una fórmula sencilla para calcular la fiabilidad de un equipo. Hay quienes utilizan una distribución Weibull, pero también se puede utilizar una función lognormal para calcular la fiabilidad. En un artículo anterior, explicamos cómo calcular la fiabilidad y la disponibilidad de los equipos de forma simplificada, basándonos en un indicador que ya conoces bien: el MTBF.

Fiabilidad vs. Disponibilidad

Es importante tener en cuenta que un activo con una alta tasa de disponibilidad no es necesariamente fiable. Un equipo determinado puede estar disponible el 90% del tiempo, pero sólo funcionar como se espera el 70% de las veces (todos conocemos esa impresora de la oficina que se estropea todo el tiempo, ¿verdad?). Esto hace que sea un equipo con buena disponibilidad, pero con poca fiabilidad.

Nuestra vida está rodeada de ejemplos como éste. Imagina un GPS, por ejemplo, que debería cubrir casi todo el territorio pero que no siempre encuentra la orientación correcta o la ruta más rápida. Estos fallos nos hacen gastar más recursos de los necesarios (desperdicio), perjudican la experiencia del usuario y tienen un impacto negativo en la productividad del negocio.

⚙️ Lee más sobre la diferencia entre fiabilidad, disponibilidad y mantenibilidad.

Fiabilidad vs. Calidad

Sin embargo, es igualmente importante distinguir la fiabilidad de la calidad. La calidad es lo bien que un activo cumple su función: si es eficiente, seguro, intuitivo para los técnicos o cómodo para los usuarios. La fiabilidad, por su parte, es lo bien que el activo mantiene su rendimiento a lo largo del tiempo en diversas condiciones.

Por ejemplo, un coche puede ser cómodo, funcionar con energía eléctrica, tener un excelente sistema GPS y ser adecuado para tus técnicos sobre el terreno. Eso es calidad. Pero lo que determina si el coche es fiable es la capacidad de mantener esas características en diferentes condiciones (por ejemplo, en terrenos difíciles) con el paso del tiempo.

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