La realidad empresarial de hoy, independientemente del sector, es digital y, para acomodarse a este formato que exige rapidez y urgencia en la actualización constante de la información, también está llena de siglas y acrónimos para simplificar la referencia a los diversos mecanismos y herramientas que están a disposición de los profesionales.

Este artículo aborda 3 de estas siglas o acrónimos y pretende exponer su correlación, destacando puntos estratégicos, para ayudar al facility management (FM) a implementar una cultura efectivamente sostenible y transversal.  

ESG, ¿qué es?

Empecemos por ESG (en inglés, Environmental, Social and Governance), un actor clave en los medios corporativos que ha aportado una nueva perspectiva y parámetros a la sostenibilidad transversal (en términos de medio ambiente, personas y negocios).

Mencionado por primera vez en 2004, ESG se vinculó originalmente a parámetros de apoyo a las inversiones sostenibles o responsables, en un contexto de guía u orientación para los inversores.

Desde el auge de la sigla en los últimos años, acompañada de legislación principalmente a nivel europeo, la preocupación por los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza se ha hecho notoria en el entorno corporativo y ya se reconoce ampliamente su impacto en la rentabilidad de las empresas.

Es interesante observar que, a pesar de la aparente simplicidad en la comprensión de sus 3 grandes componentes, ESG encierra en sí mismo una gran diversidad de subtemas, con mayor o menor relevancia en función de la naturaleza de la empresa o del sector. 

Cada subtema se despliega en diferentes aspectos y matices, siendo objeto de investigación y análisis por diferentes ciencias y, cada vez más, desde una perspectiva multidisciplinar.

En un intento de síntesis, vale la pena destacar algunos de los principales aspectos (señalando que cada letra no se limita a estos aspectos) que deben observarse en términos de E, S y G:

E – Formas de impacto en el medio ambiente

— Emisiones directas e indirectas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) 

— Uso y eficiencia de la energía (énfasis en las renovables, pero la preocupación se extiende a toda la cadena de producción, transporte y consumo).

— Ciclo de vida de los materiales y su reutilización para reducir los residuos (circularidad de los materiales).

— Gestión de los recursos hídricos y consumo consciente del agua. 

S – Social interno y externo 

— La salud (física y mental) de los empleados y miembros de la empresa

— Condiciones de trabajo

— Empleabilidad de los trabajadores 

— Diversidad e inclusión

— Derechos humanos 

— Impacto de la empresa en la sociedad 

G – Gobernanza interna y externa

— Definición y transparencia de los parámetros de ética 

— Definición y transparencia de las funciones

— Diversidad en el consejo y en el proceso de toma de decisiones

— Compromiso y transparencia con las partes interesadas y los accionistas

Es precisamente la diversidad de temas, como se ha mostrado anteriormente, unida a la constante difusión de información, novedades y legislación sobre ellos, lo que nos lleva al segundo acrónimo de este artículo: FOMO.

¿Qué es FOMO?

También es un acrónimo inglés que significa “fear of missing out” y corresponde, según el diccionario de Cambridge, a una preocupación o temor que sentimos ante el enorme flujo de información y temas que creemos no poder seguir y que, por tanto, nos deja “atrás”, desactualizados y, en consecuencia, en una posición inferior o menos estratégica respecto a los demás.

Según el World Journal of Clinical Cases, el FOMO, curiosamente al igual que el ESG, tiene sus primeras menciones registradas en 2004, año en el que se lanzó Facebook y que inauguró una cultura profesional y personal de intercambio incesante de información en las redes sociales, que se mantiene en la actualidad. Por tanto, la tendencia ESG ya nació en este contexto digital y de abundancia de intercambio de información virtual, con un destacado sentido de la urgencia y rapidez en la divulgación de los temas.

Como no podía ser de otra manera, existe un identificado, y creciente, FOMO sobre el tema ESG entre los profesionales de los más diversos sectores. La avalancha de datos, herramientas, métricas, informes, directrices y casos sobre Medio Ambiente, Social y Gobernanza y su impacto en los retornos empresariales desde las grandes corporaciones hasta las PYMES (¡otro acrónimo!) genera la sensación constante de que no es posible estar al día – y mucho menos dominar – los asuntos de ESG.

Es en este punto, más que nunca, cuando debemos entonces dar un paso atrás, preferiblemente lejos de pantallas y redes, y pensar: 

  • ¿Cuáles son los conceptos de ESG importantes para mi actividad?
  • ¿Cuáles son las prioridades?
  • Cuáles son los datos o métricas respecto a (i) el estado actual de aquello en lo que estoy trabajando o en lo que quiero centrarme y (ii) el objetivo final o dónde quiero llegar en este aspecto. 

En tiempos de FOMO, especialmente en relación con ESG, es importante recordar que no podemos cambiar situaciones o gestionar lo que no podemos medir. Y no podemos medir lo que no conocemos efectivamente. De ahí la importancia de tomar distancia de la avalancha de información y noticias para conocer los conceptos macro y, en un contexto profesional, seleccionar los más impactantes que serán prioritarios.

En este momento de identificación de conceptos aplicables, que precede a la verificación de los números implicados o métricas, es mejor (i) leer contenidos de calidad seleccionados por fuentes fiables, (ii) en su totalidad, es decir, evitando fragmentos de noticias o artículos y (iii) en menor cantidad, para poder reflexionar y absorber el contenido. En la consolidación de conceptos y su concepción de significado para la aplicación, es mejor un texto bien leído y una reflexión tranquila que varios fragmentos que no nos llevan a una estructuración de ideas sólida.

Cómo gestionar el FOMO en relación con ESG

Esta técnica – que aplico únicamente por éxito empírico en mi caso, ya que no provengo del área de la psicología o del comportamiento humano – ayuda a gestionar el FOMO que sentimos en relación con el ESG, para llegar a ser efectivamente productivos en la aplicación de medidas que tengan sentido en nuestro día a día profesional.

Una vez expuesto este punto, esperamos que este artículo ayude a los profesionales de FM a gestionar el FOMO en relación con el ESG empezando por entender cómo los conceptos de ESG afectan a sus actividades. Una vez comprendidos los conceptos y el contexto, creo que se hace más fácil – y más eficiente, ya que es más rápido y tiene más resultados – incorporar ESG en FM y esto representa, sin duda, una aceleración en la sostenibilidad transversal.

De la lectura de lo que se ha considerado en este artículo para entender los aspectos de E, S y G, se desprende que, quizás por la propia naturaleza de las actividades de facility management, los profesionales están más acostumbrados a los parámetros y exigencias que trae consigo E. Especialmente en lo que se refiere a eficiencia energética, emisiones de GEI y gestión del consumo de agua y materiales, los profesionales que trabajan en los sectores de infraestructuras y construcción – aunque en la gestión posterior de las mismas – están acostumbrados a la emergencia climática y a las medidas que se imponen sobre ella.

Sin embargo, ESG no se refiere únicamente a las medidas de E (aunque esta sigue siendo la cuestión principal), sino a un conjunto de medidas orientadas a la sostenibilidad a todos los niveles (medioambiental, de las personas y empresarial), que también se corresponde con aspectos de S y G. Quizás debido a este enfoque holístico que requiere ESG, crece el FOMO para los profesionales del FM: ¿cómo abordar los requisitos de E sin dejar de prestar atención a S y G?

Integración de ESG en las operaciones de facility management

Empecemos por integrar las letras de la sigla. Una vez más: conceptualizar ESG como un todo, un conjunto de medidas orientadas a la sostenibilidad transversal es el camino que seguir. Sostenibilidad como sostiene-habilidad, o capacidad de mantenernos en el tiempo, de durar o perdurar con eficacia y buenos resultados. Esta ambición de durar eficientemente sólo será posible si incorporamos medidas para preservar los recursos naturales, humanos y empresariales de los que disponemos.

Este es, por tanto, un punto crucial para el FM: evitar asociar ESG con las medidas E que ya conocen, y ver lo que se ha hecho en términos de E como un sólo paso o parte de un “todo” que ahora requiere atención. Como secuencia de pasos que reflejan el razonamiento aquí defendido, sugiero el diseño elaborado por la International Facility Management Association (IFMA):

Es bien sabido que, por diversas razones principalmente de origen E, las empresas de FM están sintiendo la presión de adoptar prácticas ESG para ser parte de la solución de implementar la sostenibilidad transversal en la sociedad. Sin embargo, la forma de hacer frente a esta presión debe ser eficiente, y metodologías como la ilustrada anteriormente pueden ayudar. 

En este sentido, concebir ESG como una forma de reforzar el propósito de la propia actividad de FM es también bastante productivo: se puede ver que el FM es una forma directa de añadir valor a las organizaciones y empresas, no sólo en la implementación de proyectos de ahorro de energía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (E), sino también en la selección de productos fabricados de forma responsable con la sociedad (S), y con procesos de toma de decisiones transparentes (G), entre otros. Para incorporar realmente ESG, debe haber en el FM, sobre todo, una mayor preocupación por el ecosistema de socios implicados, con atención también al S y G en todas las etapas.

Entender cómo se relaciona esa instalación concreta con la actividad de la empresa y los propósitos para el cliente o usuario, combinando este conocimiento con los conceptos ESG es el mejor punto de partida en este viaje.

A continuación, como se ha indicado, se pasa a la fase de métricas y cálculo de cifras y datos sobre los subtemas elegidos como prioritarios y que crearán los dos universos (dónde estamos y adónde queremos llegar) cuyo puente serán las estrategias ESG. La creación de parámetros en este proceso estratégico debe tener siempre en cuenta un enfoque a largo plazo y coherente en el tiempo, para que sea efectivamente sostenible. La monitorización y el control del cumplimiento, por lo tanto, son esenciales en este proceso.

El debate sobre el alcance de ESG y sus implicaciones empresariales seguirá, acompañado de una abundante difusión digital de información y de una creciente sensación de que no dominamos el tema. Sin embargo, podemos dominar nuestras estrategias de negocio y no debemos desviar la atención de ciertos principios y propósitos fundamentales de los conceptos que queremos aplicar.

Está demostrado que las empresas sostenibles y resilientes son rentables y deben considerar el riesgo y el impacto que generan en su totalidad – en los aspectos E, S y G – y de forma continua. Y es en este camino, con estos valores en mente, en el que el FM puede contribuir a la sostenibilidad transversal. 

Alice Khouri es abogada, profesora y fundadora de Women in ESG Portugal. Es doctoranda en ciencias jurídicas y económicas por la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa. Máster en Derecho Público por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais. Actualmente es investigadora colaboradora de la NOVA Law School y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa.