Es un hecho consabido que los activos pierden valor a lo largo del tiempo. A este proceso se le denomina depreciación o amortización (hablaremos más sobre esto a continuación), y tiene un papel fundamental en la contabilidad. Además, la depreciación y la amortización son conceptos fiscales. Sin embargo, como veremos, también son útiles en la gestión de mantenimiento. 

 

Hoy vamos a explicar cuál es la diferencia entre la amortización y la depreciación, lo que es el método de línea recta, el valor residual y cómo aplicamos todos estos conceptos al mantenimiento. ¿Estás preparado para un viaje fantástico al mundo de la contabilidad? 

 

¿Qué es la depreciación?

Si tienes un coche, ahora probablemente vale mucho menos que cuando lo compraste. Ya no es nuevo y lo más seguro es que no puedas venderlo por el mismo precio que lo compraste. Esto es la depreciación del coche. Igual que los coches, el valor de los activos y los equipos también disminuye. Hasta los activos intangibles pierden valor a medida que se van desactualizando o expiran –algo que llamamos amortización. 

 

Con el paso del tiempo, los activos fijos se van desgastando, lo que casi siempre afecta a su rendimiento y exige un mantenimiento más riguroso. Calcular la depreciación de los activos nos permite saber cómo los activos se desvalorizan y cómo las inversiones se distribuyen a largo plazo.

 

Ten en cuenta que solo los bienes de capital se deprecian. En otras palabras, solo los activos y equipos que la empresa va a usar durante más de un año pierden valor. Esto incluye obras y mantenimiento de edificios, flotas, hardware, equipos y tecnología. Los gastos de las operaciones del día a día («gastos operacionales») no pierden valor. Esta categoría incluye gastos menores como facturas de luz o agua, alquiler, sueldos, gastos de viajes, suscripciones mensuales, etc.

 

¿Cuál es la diferencia entre amortización y depreciación?

Tanto la amortización como la depreciación se refieren a la pérdida de valor de un activo a lo largo del tiempo. Sin embargo, no son lo mismo. La depreciación solo se aplica a los activos tangibles como equipos, flotas o hardware, por ejemplo. Estos activos tienen siempre algún valor, aunque solo sirvan como piezas –este sería su «valor residual». En la mayoría de las ocasiones, el desgaste no sucede a un ritmo constante a lo largo de su vida útil.

 

Por otro lado, la amortización se aplica a los activos intangibles. Aquí incluimos patentes, derechos de autor o software, por ejemplo. Cuando expiran no tienen valor residual. Pero, hasta que llegue ese momento, tienden a desvalorizarse a un ritmo constante. Atención: no la confundas con la amortización de créditos que consiste en un plan de pagos. ¡No es lo mismo!

 

¿Qué es el método de línea recta para calcular la depreciación?

Existen varios modelos para calcular la depreciación de los activos a lo largo de su vida útil. Los cuatro métodos para calcular la depreciación son:

 

  • método de la depreciación en línea recta (depreciación lineal), que asume una desvalorización constante;
  • método de las unidades de producción, que calcula la depreciación según su uso;
  • método del saldo decreciente (método regresivo), un modelo de depreciación acelerada que predice una mayor depreciación en los primeros años;
  • método de la suma de los dígitos o método de Cole, también un método acelerado para calcular la depreciación de activos a lo largo del tiempo.

 

Probablemente, una depreciación variable es más fiel a un desgaste progresivo. Una depreciación uniforme, en un gráfico de línea recta, se acerca más a la amortización. Sin embargo, permite calcular la depreciación de forma sencilla en un santiamén.

 

Cómo calcular la depreciación en línea recta

La fórmula para calcular la depreciación en línea recta es la siguiente:

depreciación en linea recta mantenimiento 

  • el coste corresponde a la inversión original (coste del activo);
  • el valor residual es el precio del mercado del activo en un determinado momento.  Por ejemplo, lo que una empresa puede conseguir a cambio de una furgoneta que tiene 10 años. Recuerda que si los activos cuentan con un valor residual (por ejemplo, si se venden las piezas de la furgoneta);
  • la vida útil es el número de años en que un activo operó o deberá operar;

 

Ejemplo

Imagina que quieres vender un ordenador que costó 2.000 € hace cinco años. Si lo vendes por 300 €, la depreciación será el coste (2.000) menos el valor residual (300), dividido entre 5. El resultado es 340 € por año. En este ejemplo, este activo te costó 340 € por año.

depreciación en linea recta ejemploAlgunos países, incluyendo Estados Unidos, usan la depreciación lineal para calcular los impuestos. En Portugal, también están previstas las deducciones de las depreciaciones y amortizaciones frente al Fisco. Pero este es otro tema –si quieres más información debes hablar con tu gestor. 

 

¿Por qué usar la depreciación en línea recta en mantenimiento?

¿Por qué aplicar un concepto de contabilidad en mantenimiento? La pregunta tiene sentido. Pero tiene una respuesta sorprendentemente simple… Se trata de un método simple para estimar el valor financiero de un activo y proyectar su depreciación. Cuando llega el momento de decidir si quieres sustituir o reparar el activo, puedes tomar una decisión con más información. Si el activo tiene una depreciación o amortización baja, probablemente vale la pena repararlo.

 

Las proyecciones sobre la depreciación esperada de los activos también pueden ser útiles si estás queriendo comprar nuevos equipos y tecnologías. Cuando un equipo tiene una depreciación lenta, es más fácil justificar grandes inversiones y conseguir el capital.

 

Finalmente, puedes introducir los costes y los datos sobre la depreciación en tu Plataforma Inteligente de Mantenimiento. Ya mencionamos antes que usar el mismo número de identificación en todos los departamentos es una gran ventaja. Controlar los costes de mantenimiento y la depreciación ayuda a gestionar presupuestos y a reducir gastos. ¡Recuerda que organizar los registros siempre aporta un valor añadido!