Si Shakespeare hubiera sido gestor de mantenimiento en el siglo 21 su célebre frase habría sido “reparar o sustituir, esa es la cuestión”.

La decisión de reparar o sustituir un equipo después de una avería es una cuestión que persigue a cualquier gestor de mantenimiento. Desgraciadamente, en estos casos, no hay una fórmula simple a la que recurrir: siempre hay que tener en cuenta varios factores antes de tomar la decisión final. Hay tras aspectos esenciales a tener en cuenta – los costes, la antigüedad del equipo y la eficacia – y pasaremos a explorar ahora cada uno de ellos con detalle.

 

Costes

El primer factor a tener en cuenta son los costes. El coste de un nuevo equipo es fácil de determinar, pero calcular los costes de reparación exige algo más de trabajo. Tenga en cuenta todos los gastos asociados a la reparación: el coste de las piezas de repuesto, del trabajo de reparación, del downtime durante todo el proceso, paradas durante el periodo de prueba y calibración de la máquina, recogida y eliminación de residuos. 

Después de hacer estos cálculos, haga una previsión de los gastos de mantenimiento – ¿cuánto costará el mantenimiento de un equipo nuevo versus el mantenimiento de un equipo antiguo? ¿Cuál es el tiempo medio entre averías? ¿Cuándo piensa volver a invertir en reparación? Si el total de la reparación es más de 50% del precio de un equipo totalmente nuevo, lo más probable es que no merezca la pena asumir los costes de mantenimiento de una máquina antigua en el futuro. 

 

Antigüedad

Este último punto – sobre los costes de mantenimiento y la repetición de las averías – nos conduce a otro factor muy importante, la antigüedad de la máquina. Al diferencia del vino de Oporto, las máquinas no mejoran con los años. Lo único en que se parecen es que ambos se hacen más caros con el tiempo. Según va pasando el tiempo, va siendo cada vez más difícil encontrar piezas de repuesto y, en algunos casos, se hace realmente imposible encontrar piezas iguales a las originales.

Una máquina que ya se acerca al final de su vida útil siempre implica más costes de mantenimiento, ya sea preventivo o correctivo. Asimismo, ¡analice con cuidado todos los datos que ha recogido sobre el funcionamiento de un determinado equipo antes de decidir repararlo!

 

Eficiencia

La antigüedad de la máquina supone un tema tabú: la eficacia. Las máquinas antiguas no solo tienen más downtime como pueden tener un OEE más bajo que un equipo nuevo. Analice esta métrica a la hora de decidir reparar o sustituir un determinado equipo.

A nivel de gastos energéticos, las máquinas antiguas tienen categorías energéticas inferiores. Por lo tanto, esto también supone menos eficiencia energética frente a un equipo nuevo. A nivel de seguridad, por otra parte, los equipos antiguos están, muchas veces, asociados a más riesgo de accidente, lo que representa un peligro para su equipo técnico. Tal como los costes totales y antigüedad, la eficiencia de la máquina en cuestión puede determinar la sustitución o la reparación del equipo.