La comunidad científica todavía sabe poco, muy poco, sobre el COVID-19. Pero basándonos en lo que ya sabemos, tanto la Organización Mundial de la Salud como el Colegio de Ingenieros de Portugal recomiendan una serie de medidas para prevenir la propagación del COVID-19 en los edificios.

Además del distanciamiento social y otras medidas de prevención en la gestión de las instalaciones, los gestores de mantenimiento deberían tener un cuidado especial con los sistemas de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) y la distribución de agua.

Todas las medidas de las que hablaremos para los gestores de instalaciones son válidas para edificios residenciales y no residenciales donde se concentra un gran número de personas, como oficinas, hoteles, escuelas o centros comerciales. Los hospitales, centros de salud, clínicas y otros lugares de actividades clínicas deben seguir siempre las últimas directrices y reglamentos del Gobierno.

¿Es posible que el COVID-19 se propague en los edificios?

Respuesta corta: sí. Hasta ahora [9 de abril de 2020, fecha de redacción de esta guía], conocemos al menos tres métodos de contagio del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19):

  • Contacto directo con una persona o superficie infectada, si después la mano entra en contacto con una mucosa (boca/nariz/ojos);

 

  • La inspiración de las gotas virales que las personas infectadas expulsan al hablar, toser o estornudar (que pueden permanecer hasta 3 horas en el aire y proyectarse varios metros);

 

  • Contaminación oral-fecal (reconocida en marzo, ya que el virus se excreta en las heces).

 

 

Es en estas dos últimas formas de contagio en las que los administradores de las instalaciones deben centrarse. Sabemos que se ha detectado SARS-Cov-2 en los conductos de extracción de los pabellones hospitalarios y las zonas COVID-positivas (es decir, destinadas a tratar a los pacientes con la enfermedad). Esto refuerza la hipótesis de que las partículas se proyectan mucho más de 1-2 metros en espacios cerrados y nos obliga a reevaluar la mejor manera de ventilar estos espacios.

 

Por otra parte, las partículas que entran en el sistema de distribución de agua fueron una ruta de transmisión activa del SARS-CoV-1, el responsable del brote de SARS en 2002-2003 en Asia. La transmisión del SARS a través de tuberías se ha comprobado en Hong Kong, donde 107 personas que vivían en el mismo bloque vertical de pisos se infectaron con la enfermedad. Por lo tanto, y todavía sin certeza sobre la transmisión aérea del SARS-CoV-2, las normas europeas exigen un enfoque ALARA (“as low as reasonably possible”, es decir, tan bajo como sea razonablemente posible) del riesgo – o, como diríamos coloquialmente, “más vale prevenir que curar”.

 

Medidas de gestión de mantenimiento para evitar la propagación del COVID-19 en edificios y lugares de trabajo

Basándonos en la información de que disponemos, estas son las prácticas que los gestores de mantenimiento deberían adoptar para evitar la propagación del COVID-19 en los edificios a través de los sistemas de HVAC. (Nota: A medida que averigüemos más sobre el COVID-19 y el comportamiento del SARS-CoV-2, se espera que se revisen y mejoren las instrucciones del Colegio de Ingenieros de Portugal y del REHVA).

 

La ventilación y la extracción de aire durante la epidemia de COVID-19

La mejor manera de asegurarse de que las partículas virales no se quedan “flotando” en las zonas comunes es aumentar la ventilación de los edificios y extraer el aire:

 

  • Conectar la ventilación 24/7, aunque sea a baja velocidad;

 

  • Si es posible, para evitar el contagio oral-fecal, ventilar las instalaciones sanitarias con presión negativa;

 

  • Abrir las ventanas más de lo habitual, aunque quede comprometido el confort térmico, especialmente en habitaciones que fueron utilizadas anteriormente por otros;

 

  • En caso de que una habitación haya sido utilizada por alguien con una sospecha o infección confirmada de COVID-19, se debe ventilar de forma natural durante al menos 3 horas.

 

Recirculación de aire en sistemas HVAC y sistemas de Calefacción

Dado que las partículas de SARS-CoV-2 pueden permanecer en los conductos de extracción, es esencial evitar la recirculación de aire en los sistemas de HVAC para evitar el COVID-19:

 

  • En las Unidades de Tratamiento de Aire que aprovechan el aire y lo recirculan, las secciones de mezcla deben estar cerradas aunque tengan filtros (ya que son filtros no HEPA que dejan pasar las micropartículas del SARS-CoV-2);

 

  • Los ventiloconvectores deben apagarse y, si esto no es posible, deben ser cuidadosamente desinfectados;

 

  • Los intercambiadores de calor y los dispositivos de recuperación de calor deben estar desconectados, con la excepción de los sistemas que pueden separar completamente el aire de entrada y el de retorno;

 

  • Los purificadores de aire sólo funcionan en habitaciones muy pequeñas (<10 m2) y por lo tanto solo tienen beneficios si se instalan muy cerca de las personas – en general, la ventilación adecuada de los espacios ofrece muchos más beneficios;

 

  • Debe instalar filtros HEPA en habitaciones sin ventanas y en circuitos cerrados, que son los únicos capaces de filtrar las micropartículas de virus.

 

¿Cambiar el plan de mantenimiento a causa del COVID-19?

 

  • No hay ninguna ventaja en hacer una limpieza adicional de los conductos, siempre y cuando se evite al 100% la recirculación de aire y se ventilen los espacios. Limpie y desinfecte los conductos según lo planeado.

 

  • Reemplace los filtros sólo cuando hayan excedido su tiempo de utilización o haya una ruptura en la carga introducida. No hay ventajas en cambiar más a menudo si no hay fallos en el funcionamiento del filtro.

 

  • No es necesario cambiar los filtros externos ya que los sistemas de ventilación actuales tienen filtros F7, F8 o ISO ePM1. En caso de duda, vea los detalles técnicos del equipo para confirmar.

 

  • Los técnicos de servicio deben usar una máscara, viseras y guantes para sustituir los filtros, ya que pueden ser un reservorio de virus. Se debe asumir siempre, incluso en situaciones normales de salud pública, que los filtros tienen material microbiológico potencialmente contagioso.

 

  • Los filtros deben depositarse en bolsas selladas.

 

  • La desinfección por ionización o por UV no se recomienda para los edificios comunes y solo tiene sentido en un entorno hospitalario.

 

Distribución de agua y contagio del COVID-19 a través de las tuberías

Los problemas en el sistema de distribución de agua y en las tuberías potencian la ruta de contagio fecal-oral. Así que hay dos cosas a las que debe prestar atención:

 

  • Tirar de la cadena siempre con la tapa del inodoro cerrada para evitar la propagación de partículas;

 

  • Evitar que los sifones y las porcelanas se queden sin agua y mantener el nivel de agua, lo que evita que las descargas y las partículas de virus “vuelvan a entrar” en el medio ambiente – para eso, utilizar todos los puntos de agua cada tres semanas.

 

Regulación de la humedad y la temperatura para prevenir el COVID-19

Aunque algunos virus son muy sensibles a los cambios de humedad y temperatura, el nuevo coronavirus es especialmente resistente. El SARS-CoV-2 solo es sensible a una humedad superior al 80% y a temperaturas superiores a los 30ºC, que no son condiciones viables para los edificios de oficinas (ni para alojar a los pacientes). Por lo tanto, no vale la pena hacer ajustes en la humedad y la temperatura del aire acondicionado para evitar el COVID-19.

 

Con estas medidas, ya estará haciendo mucho para prevenir nuevas infecciones de COVID-19. Así que solo podemos decir: a grandes males, facility management.