Cuando oímos hablar de “IoT” y “datos”, todo sigue sonando muy abstracto. ¿Funciona realmente? ¿Mediremos todo con el IoT? ¿Notarán los clientes la diferencia? ¿No es “eso” solo para las grandes empresas, que pueden invertir en tecnología punta? Hemos decidido desmitificar todas las dudas sobre el IoT con la ayuda de varios expertos que lo utilizan en su día a día en el Mantenimiento y el Facility Management.

Nuestros invitados nos traen ejemplos reales de aplicaciones de IoT en el Mantenimiento y el Facility Management, nos aclaran sobre la implementación de aplicaciones de IoT e incluso se arriesgan a hacer algunas predicciones para el futuro. Te recordamos una vez más que todas las charlas están disponibles en su totalidad en nuestro canal de Youtube.

1. ¿Vamos a medirlo todo con el IoT?

El IoT permite medir casi todo, pero es mejor no dispersarse. Guilherme Azevedo, de la empresa brasileña Sigmais -especializada en soluciones de IoT- considera que el primer paso es saber exactamente qué se quiere medir. “Hoy en día podemos medir y automatizar mucho, pero hay que definir los datos que generan valor”. De lo contrario, no hará retorno de la inversión.

Tener una cultura de datos, en contra de lo que se podría imaginar, no es un requisito previo. Sin embargo, Guilherme Azevedo advierte que “las empresas que ya tienen una cultura de convertir los datos en conocimiento disfrutarán del IoT mucho más rápido que las que todavía utilizan la hoja de cálculo” y añade que si “todavía no estás en la hoja de cálculo, ¡empieza ahora!”.

 

2. ¿Cantidad es calidad?

Xabier Crespo, de la empresa gallega SC Robotics, comparte la opinión de Guilherme Azevedo: lo más importante es saber exactamente lo que se quiere. La empresa fabrica sensores a medida para cada cliente, en función del tipo de datos a monitorizar, la conexión que quiera configurar con la plataforma de mantenimiento y la fuente de alimentación (energía solar, CA/CC, etc.).

Dado que todos los sensores son personalizados, producir pequeñas cantidades no es la opción más económica. La mayoría de las empresas con las que trabajan, explica Xabier, piden sensores “del orden de cientos o miles” para generar una economía de escala.

Sin embargo, si tienen claros sus objetivos, pueden hacer un uso estratégico de la tecnología y conseguir un retorno de la inversión rápidamente, incluso con una pequeña cantidad de sensores. Para resolver este dilema histórico, veamos el ejemplo de la bodega Viña Costeira, que utiliza sensores en las tapas de las barricas de madera. 

Los sensores permiten controlar, en tiempo real, parámetros como la temperatura o la humedad. Así, permiten un mejor control de las condiciones de conservación -cada vez que se desperdicia una barrica se pierden entre 500 y 1000 litros de vino-, a la vez que se mejora la calidad del producto final.

 

3. ¿Permite realmente el IoT mejorar el mantenimiento preventivo y predictivo?  

“En el mantenimiento industrial, predecir cuándo se van a estropear los equipos es un sueño desde el siglo XIX”, dice Guilherme Azevedo entre risas. “En los motores más grandes, muchas cosas ya son automáticas. ¿Pero qué pasa con los más pequeños? ¿Cómo puedo controlar una fábrica con 5.000 motores?”

Antes de evolucionar al mantenimiento predictivo, la monitorización de la condición través de IoT ya puede ser muy útil para mejorar los planes de mantenimiento. Con los métodos tradicionales, el 30% del mantenimiento preventivo se realiza en exceso, mientras que McKinsey advierte que el mantenimiento basado en la condición puede ayudar a reducir los costes hasta en un 30%.

Miguel Iacumussi, de Vivante, una empresa brasileña con más de 5.500 empleados que trabaja con hospitales, centros comerciales, universidades, fábricas e incluso compañías aéreas, recuerda que estaban haciendo planes trimestrales para un conjunto de bombas.

Cuando pusieron sensores en las instalaciones, se dieron cuenta de que ninguna de ellas alcanzaba el límite de horas de trabajo indicado por el fabricante. El mantenimiento pasó a ser anual, lo que liberó a los técnicos para otras tareas y les ahorró la sustitución de piezas que, al fin y al cabo, aún estaban dentro de su vida útil.

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4. Los proveedores de servicios también ahorran con el IoT?

La evolución hacia la recogida de datos en tiempo real permite optimizar los procesos y “gestionar el contrato al límite”, concluye Guilherme Azevedo. “Cuando gestionamos un contrato de mantenimiento o de Facility Management, siempre queremos tener cierto margen”. Pero al poder utilizar los recursos con mayor precisión, “somos capaces de “operar en el margen”, conseguir ahorros y que el cliente siga satisfecho”.

Por ejemplo, en un centro comercial, se puede estimar el número de personas en el lugar por la cantidad de C02 en el aire. A partir de aquí, se puede calcular los flujos de ventilación y activar el intercambio de aire, o incluso predecir mejor la cantidad de materiales y el tiempo que se necesitará para la limpieza del día siguiente, entre otros servicios.

De hecho, la cuestión de la limpieza -por la fuerza de las circunstancias- se ha convertido en una prioridad ineludible para el FM. Miguel Iacumussi sugiere “emitir una orden de trabajo cada vez que 50 personas vayan al baño y cumplir automáticamente el SLA” en lugar de definir una frecuencia fija, para representar la variabilidad a lo largo de la semana y las horas del día.

5. ¿Sólo las grandes empresas pueden invertir en IoT?

Ya no. Es cierto que, para muchas empresas, el precio de invertir en IoT solía ser prohibitivo. Pero hay nuevos modelos de negocio que pueden diluir esa barrera y ayudar a las PYMES a entrar en la batalla. Al igual que el software como servicio, “el hardware como servicio evita la inversión inicial”, sugiere Guilherme Azevedo.

A veces lo que existe es una mayor resistencia a la innovación y el miedo a invertir en la solución equivocada. “Durante muchos años, la atención se centró en la venta de hardware -que en algunos casos era incluso muy bueno-, pero que las empresas al final no utilizaban ni disfrutaban. Luego, estos sistemas se quedaron obsoletos, nunca se reutilizaron, y ahora hay un miedo natural”, teoriza Diogo Drummond, socio director de DTWay, especializada en la digitalización de edificios. 

Para Miguel Iacomussi, todos estos temores se superan con historias de éxito. El cambio de cultura se produce a medida que toda la plantilla absorbe los nuevos conocimientos, porque “entienden el impacto positivo y significativo” de la IoT.

  

El consejo de Miguel Valério, de Critical Software, a su vez, es “start small” (“empezar poco a poco”) y ver cómo funciona. A continuación, recomienda “choose wisely” (“elegir bien”), favoreciendo una plataforma “flexible e integrable”, así como un “hardware abierto” que funcione con cualquier plataforma. De este modo, mantiene todas las opciones en abierto y no compromete los cambios que pueda necesitar en el futuro.

6. ¿Es el Internet de las cosas la integración de las cosas?

En línea con Miguel Valério, Diogo Drummond aconseja “a las empresas que tengan cuidado si se les ofrece un sistema cerrado. El software abierto y altamente integrable tiene menos probabilidades de estancarse con el tiempo”.

José Correia, de PRIAC, coincide en que la integración con otro software es decisiva. “Las integraciones conducen a mejoras operativas, a una mayor eficiencia, a una mayor fiabilidad e incluso a una mayor transparencia, con un ahorro de costes tanto en equipos como en recursos humanos”.

7. Entonces, ¿por qué no tenemos todavía coches y máquinas autónomas? ¿Falta el 5G?

En primer lugar, hay que entender que no todo el IoT es igual. Como explica Leandro Nunes, director de IoT en American Tower, hay dos tipos distintos de IoT: el IoT masivo y el IoT crítico.

Ahora, asociamos el IoT con los edificios inteligentes, las ciudades inteligentes, la automatización en la industria y la logística. Se trata del “IoT masivo”: tiene un bajo coste, un bajo consumo de energía y agrega enormes volúmenes de dispositivos. Ya tiene todas las ventajas que hemos visto hasta ahora, pero es posible hacer más.

Gracias a los nuevos tipos de red, como LoRa, estamos avanzando hacia el “IoT crítico”. Este IoT es aún más fiable, con altos porcentajes de disponibilidad y una latencia muy baja. Esto permite una automatización de alta precisión, que a su vez posibilita los coches autónomos, las cirugías a distancia y otros avances que llevan años gestándose.

8. ¿Cómo será el futuro del Facility Management con el IoT?

La predicción de Miguel Iacomussi, que lleva 34 años trabajando en el sector y ha sido testigo de todos estos avances, es que “el Facility Management va a dejar de ser humano”. Todas las instalaciones contarán con centros de telemetría, lo que permite el control a distancia y libera a los técnicos para actividades más productivas.

Nuno Gonçalves, de Emitu, va en la misma dirección. La aplicación de sensores inalámbricos de largo alcance -que necesitan redes del tipo LoRA- permite monitorizar todo tipo de indicadores en tiempo real. “No será necesario que los técnicos hagan rondas, ni que nadie tenga que avisar de la avería, ya que ésta se detecta inmediatamente”.

Además, Iacomussi prevé una “uberización del técnico”. “Las empresas de facilities tendrán que aplicar el aprendizaje profundo, el aprendizaje automático, todo eso. Si no, ¿cómo puede una empresa de facilities gestionar miles de órdenes de trabajo al año?”

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