Hace más de tres décadas, el 28 de enero de 1986, millones de miradas se alzaron al cielo para presenciar un hito en la exploración espacial: el lanzamiento del transbordador espacial Challenger. Sin embargo, aquel día, la historia tejida en ese momento se convertiría en un recordatorio eterno de la importancia crítica del mantenimiento industrial y la toma de decisiones.

La esperanza de una nación

Imagina el escenario: el rugir ensordecedor de los motores, la majestuosidad de la nave espacial ascendiendo hacia el cielo. La expectación colmaba el aire, pero detrás del telón de la euforia, una realidad helada se escondía. La noche anterior al lanzamiento, las temperaturas inusualmente bajas se aferraban a la piel del transbordador, debilitando de manera insidiosa una junta tórica esencial.

Mientras el mundo contenía el aliento, los ingenieros de la NASA intercambiaban miradas de preocupación. Las advertencias sobre posibles fallos resonaban en los pasillos, pero la presión para proceder con el lanzamiento no cedía. Las decisiones en aquel momento crítico pesaban más que nunca, determinando no solo el destino del Challenger, sino también las lecciones que perdurarían en el paso de los años.

👨‍💻 Lee también: Comunicación y escucha efectiva: lecciones del Challenger

La tragedia espacial

Apenas 73 segundos después del despegue, el rugir de los motores se transformó en un silencio que retumbó en los corazones de millones de espectadores. El Challenger se desintegró en el cielo, llevándose consigo siete vidas y el optimismo de una misión pionera. La causa, una junta tórica defectuosa, se reveló como el eslabón frágil que cedió ante el desafío del espacio.

La investigación posterior reveló no solo la fragilidad de una junta tórica, sino la vulnerabilidad de la toma de decisiones críticas. Las advertencias pasaron desapercibidas, y la presión por avanzar se impuso sobre la prudencia. El desastre del Challenger se convirtió en un recordatorio trágico de que el mantenimiento industrial no es solo un proceso técnico, sino un ejercicio constante de evaluación de riesgos y toma de decisiones informadas.

Las lecciones para la Industria

Esta serie no busca solo revivir el pasado, sino extraer lecciones que nos ayuden a mejorar el desempeño de nuestros equipos.

En los próximos artículos, exploraremos cómo la gestión de riesgos y el mantenimiento riguroso pueden prevenir tragedias. La historia del Challenger se convierte en un faro que guía nuestro viaje en el mantenimiento industrial, donde cada decisión cuenta y cada precaución puede marcar la diferencia. 

Si todavía no has visto la serie en Netflix y eres un friki como yo, al que le encantan estas historias relacionadas con la industria, esta debe ser tu primera opción tu lista de series, y no olvides compartir con nosotros tu opinión cuando la hayas visto.

Elies Gosalbez es Supervisor de Sala de Control y Ingeniero Nuclear, y es uno de los supermiembros de la Comunidad IFM – Intelligence for Maintenance.